lunes, 7 de abril de 2014



 Lo paradójico de ser cristiano

   ¡Pascuas, Pascuas, Pascuas…! Era la palabra que revoloteaba continuamente sobre la cabeza de Daniel esa mañana, al igual que los últimos días, como si fuera una gotera de algún rincón de su casa que necesitaba ser reparada. Si se le hubiese cruzado esa misma palabra hace un tiempo atrás posiblemente no le hubiese dado la connotación que hace unos días viene teniendo, seguramente lo relacionaría como “esos días marketineros” donde utilizan la figura de un conejo para vender esos conocidos huevos de chocolates donde los mayores beneficiarios son las empresas que los venden. Pero esta vez ese no era el caso, lo que llevo a Daniel a pensar y mirar desde otra perspectiva fue una película que proyectaron en el centro familiar cristiano, donde él hace un tiempo esta asistiendo de manera continua, la película se trataba sobre los últimos días de Jesús sobre esta tierra lo cual le resulto muy impactante todo lo acontecido ya que nunca había hecho esa conexión con lo que decía en las Escrituras (que había empezado a leer con cierta regularidad) es como si cada palabra leída fuese tomando vida en cada segundo de película, comprendiendo de otra manera lo que es LA PASIÓN, que tantas veces lo relaciono con su equipo de fútbol y ese amor por los colores azul y oro.

    Esa mañana cansado de tener esa idea en su cabeza se levantó de la cama decidido a comenzar a desmembrar aquella palabra que parecía como un código cifrado queriéndose manifestar, sentía la completa seguridad de que no solo se trataba de una muerte y resurrección sino que había algo más complejo que de forma personal él debía descubrir. Así fue que leyendo su Libro de tapa de negra comenzó a indagar buscando respuestas tal como lo haría un detective en una escena del crimen, pensar de esta forma lo motivaba. Pero al ir avanzando en su lectura fue descubriendo de lo paradójico, y hasta en un cierto punto confuso, le resultaba llamarse cristiano.

    Veía con asombro el juego de palabras que había en cada frase leída y de la locura que sonaba al pronunciarlas. ¡Por la muerte de uno todos tenemos vida! ¡La sangre de uno nos limpia de todo pecado! ¡Para alcanzar la vida eterna debo morir a mismo! ¡Mejor es dar que recibir! ¡No somos salvos por las buenas obras ni tampoco por ser buenos y nunca haber hecho el mal a nadie! ¡Si alguien te cachetea en una mejilla pon la otra! Eran temas que sonaban como preguntas y a la vez como afirmaciones. Ahí estaba Daniel tratando de encontrar una compresión a toda esta disyuntiva.

   Finalmente como un matemático tratando de hallar el resultado a su ecuación Daniel encuentra la respuesta a su dilema. Fue como una epifanía que se mostraba ante sus ojos, aunque sabía que quizás para un científico o aquellas personas que le buscan lógica a todo no les iba a parecer demasiado convincente la respuesta pero para él en ese instante le pareció lógico e indiscutible. La respuesta estaba en cada párrafo de la Biblia, revelándose a veces de manera explícita y otras veces de manera implícita. Sabía que para comprender todo esta contradicción era a través de la FE pero no cualquier fe sino una fe puesta en su cauce correcto, una Fe que atraviesa en todas las áreas de la vida y es esa Fe puesta en la Fuente de Vida, llamada Jesús.

sábado, 5 de abril de 2014



Mi memoria y el olvido, dos enemigos.


 El escritor y periodista Ernest Hemingway dijo en una oportunidad “Cualquier persona que dice que quiere ser escritor y no está escribiendo no quiere ser escritor” lo que me llevo a pensar de cuantas historias buenas, malas o mediocres nunca tendrán la posibilidad de salir a la luz y ser evaluadas, por no dejar esa pequeña huella literaria grabada en alguna parte, cediéndole ese poder a la memoria que a su libre antojo decide que almacenar y que desechar.
  
 Cuantos personajes habrán sido destinados a un rincón del subconsciente sin el derecho a que sus vidas fueran creadas y proyectadas, sin ni siquiera tener la oportunidad de morir, y hay algo que es mucho peor que la muerte y es quedar en el olvido.

 Quizás no pueda recordar las ideas, hechos o personajes que traté de memorizar para darles vida en alguna ocasión a través de algún escrito. Soy consciente de lo que la memoria dejó de lado y el olvido borró. Quizás algún día suceda un milagro y puedan volver a renacer o tal vez se manifiesten por medio de otras ideas, personajes o situaciones pero ya no serán ellos en su plena totalidad y tal como alguna vez los pensé, sino que serán los vestigios de lo que pudieron haber sido en otro personaje, en otra idea o en otro hecho. Pero de algo estoy seguro y es que puedo usar nuevamente mi imaginación y creatividad para dar forma a nuevas ideas, nuevos personajes y hechos recordando esta vez que cada cosa que pienso debo escribirlo para que la memoria no lo deseche y el olvido no lo consuma.

jueves, 3 de abril de 2014

Un viejo programa conocido



  Hay hechos, canciones, aromas, imágenes, cosas… que llevan a un hombre a recordar diferentes situaciones de la vida, de la infancia. Es en ese momento de la vida donde se detuvo Gabriel, que se encontraba parado frente al puesto de diario para comprar su matutino de todos los días. Pero esta vez su mirada no se detuvo en los diarios de primera plana sino que fijo su vista hacia un viejo conocido personaje llevándolo a viajar en retrospectiva, a esas mañanas cuando el párvulo Gabriel se levantaba a las 7 am alistándose para ir al colegio. Mientras su mamá le preparaba el desayuno él se sentaba frente al televisor a ver su programa predilecto, aquél que lo llevaría horas más tarde a usar la imaginación expresándolo en dibujos, donde Goku y sus amigos luchaban contra diferentes fuerzas del mal para salvar al mundo de un inminente ataque. En ese momento no le interesaba si había hecho o no la tarea para ese día ni tampoco sentía la inquietud por cambiar las figuritas de dicha serie que le faltaba para finalmente poder terminar de completar su álbum solo le importaba ver esos 25 minutos de su serie. Ahí se encontraba parado el ya adulto Gabriel frente a una revista para colorear de su programa preferido de la infancia con su viejo amigo Goku a la cabeza, en esos segundos solo importó Dragon Ball Z como en los viejos tiempos.